Por Alejandra Rodríguez Galán
Samarcanda es sin duda, una ciudad mítica y mágica en el corazón de Asia Central. Tan antigua como Roma y Babilonia, cautivó a Alejandro Magno en su paso hacia la India y enamora al visitante con sus cúpulas turquesas. Bello enclave de la antigua Ruta de la Seda que enlazaba China con el Mediterráneo aún conserva la magnificencia de esos tiempos. En ella se erige el Registán, una plaza rodeada de tres elaboradas madrazas cubiertas de mayólica, que datan de los siglos XV y XVII. Transporta a otras épocas recorrer sus mezquitas y mercados poblados de artesanías, textiles y aromas. ¡Una fiesta para los sentidos! Al preguntar por sus perfumes tradicionales, me respondieron que si bien en Uzbekistán son muy populares los aceites aromáticos, no tienen perfumes propios, sino que se importan de Kuwait o se elaboran a partir de esencias kuwaitíes.





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